domingo, 3 de septiembre de 2017

REFLEXIONES EN TORNO a AHIMSA








  

En el CRISTIANISMO

  

    Como es lógico pensar, el término ahimsa no aparece como tal en los textos sagrados para de los cristianos. Tampoco existe en el nuevo testamento, un término griego equivalente al término ahimsa definido por Gandhi a principios del siglo XX.


    Si nos fijamos en lo que Gandhi y Luther King definieron por ahimsa (noviolencia) comprenderemos que esta se encuentra absolutamente ajena a la PASIVIDAD y a la RESIGNACIÓN. 


    Por otro lado la noviolencia definida por Gandhi y King, considera la importancia de intervenir en la resolución de los conflictos, ya sean interpersonales, sociales o políticos, para intentar resolverlos por medios que no tengan nada que ver con la violencia, y por tanto excluyendo todo tipo de odio o venganza hacia el otro, buscando siempre que los medios sean EFICACES Y MORALMENTE ACEPTABLES. Por último, no basta con que el fin que se persigue sea justo, sino que también  sean JUSTOS LOS MEDIOS EMPLEADOS.


      Por tanto, atendiendo a estas características de la noviolencia, podemos comprobar que el Nuevo Testamento, está impregnado de situaciones que afrontó y asumió Jesús en su predicación, y que coinciden de un extremo a otro del evangelio, con lo definido por Gandhi, como ahimsa.


     Lejos de aceptar pasivamente y con resignación la situación de su pueblo humillado y sin derechos, lo primero que hizo Jesús, fue comprometerse con el (lo mismo que Gandhi y King), alineándose con Juan el Bautista, pidiéndole que lo bautizara como a uno más. 


     Lo mismo que Gandhi y King, Jesús ya había actuado buscando la justicia y la verdad de todo ser humano. La justicia en el pensamiento de aquel tiempo no equivale a la mera repartición de bienes, sino a su dignidad. La equidad y la dignidad van juntas en el pensamiento de aquel tiempo, situándose el pensamiento moral de Jesús en la tradición ética. 

     Gandhi se enfrentó duramente contra quienes dentro de su partido, querían expulsar de la comunidad a los que no participaban en el movimiento de no-cooperación. Gandhi, a este respecto, decía en Young India, en 1921: “Mientras dure la resistencia, habrá que continuar interpelándoles e invitándoles a unirse al movimiento en el que deben ser acogidos sin segundas intenciones, incluso si se deciden en la última fase de la lucha. Habrá entonces que aceptar que participen en una victoria por la cual no han luchado. Pues la lucha se ha realizado también para ellos, y sin ellos la victoria no estaría acabada”. Igualmente, el profeta de Galilea no habla solo para los pobres y humillados, sino todo el mundo, para el centurión romano o para el rico Nicodemo, para todo el que se quiere adherir a su causa, no excluye a nadie.


     En el episodio el Templo, Jesús no quiso colaborar con aquel “tinglado”, desencadenó un conflicto rompiendo la ley del silencio, en este episodio está presente el principio de no-cooperación, base de la estrategia de la noviolencia. Este principio elaborado por Gandhi, precisa que: “para conseguir la justicia, hemos de negarnos a esperar a que el culpable haya tomado conciencia de su inequidad. Hay que evitar hacerse cómplice de esa iniquidad por miedo a sufrir nosotros mismos o a que sufran por ello los demás. Por el contrario, hay que combatir el mal dejando de proporcionar nuestra ayuda al malhechor de manera directa o indirecta”. Nuestra tentación ante la injusticia es la de no decir nada ni hacer nada por miedo a los problemas. Jesús se negó a una colaboración de este tipo con los mercaderes, a pesar de que la ley los protegía, y estaban legalmente instalados en el Templo.

    En relación a la resolución de conflictos, Jesús siempre utilizó los métodos de la noviolencia definidos posteriormente por Gandhi. No retrocedió ante los muchos conflictos que se le presentaron, se enfrentó a los mercaderes del Templo, intervino en las disputas de sus discípulos y las trampas que le tendían saduceos y fariseos.

    Jesús acompañó en numerosas ocasiones la palabra y la acción, pues como dice Jean Marie Muller, “en la estrategia de noviolenta, la palabra y la acción se refuerzan mutuamente, subrayando la acción el significado de la palabra y viceversa”. Lo mismo hicieron Gandhi y King, acompañaron la palabra con acciones, practicaron escenas que hicieron que resplandeciera la verdad a los ojos de todos.

   Jesús practicó la misericordia, algo que enfurecía a los escribas y fariseos, en el caso de la mujer adultera no solo practicó la misericordia, sino que se enfrentó a las leyes injustas de aquel tiempo, como la pena de muerte establecida en la ley hebrea. En esta escena Jesús acude a la pedagogía noviolenta de la responsabilidad. El pecado de la mujer adúltera no se niega, se perdona. Los escribas y fariseos son remitidos a sí mismo, poniendo en juego su vida sin amenazar a nadie, pues podía haber sido apedreado como la mujer adúltera. Además, este episodio nos indica que no basta con amar y querer el bien, pues esto se vuelve inoperante si no se encarna en una estrategia de lucha contra lo que desfigura a la humanidad. Lo mismo hicieron Gandhi y King, descrito muy claramente por Miller: La noviolencia, (…) es una forma de llevar un conflicto social, que es compatible con el amor. No se trata solamente de hacer un llamamiento a la conciencia del poderoso y de su representante político, con el fin de que se conviertan, se trata también de obligarles, bien a que no hagan lo que quieren hacer, bien a que hagan lo que no quieren hacer y , sin embargo, se trata de obligarles sin violencia. Se trata no sólo de convencerles sino también de establecer una relación de fuerzas a nuestro favor que le obligue a ceder.

    En el episodio del tributo al César, Jesús afronta una nueva trampa de los fariseos, diciéndoles que “devuelvan al César lo que es del César”, en ningún momento dice a los fariseos que paguen el tributo, sino que restituyan la moneda idólatra a su propietario, de esta manera está diciendo a los fariseos que dejen de colaborar en el culto divino al César, devolviéndole su moneda, pero además añade. “Y a Dios lo que es de Dios”. Con esto que quiere decir Jesús, que es imposible estar con Dios y al mismo tiempo colaborando con el César. Esto quiere decir que no se puede estar con el evangelio y al mismo tiempo colaborando con lo contrario al evangelio. De aquí que los primeros cristianos optaran por ser objetores de conciencia ante el ejército. Tanto hoy como ayer, el evangelio obliga a no cooperar con el Estado cuando este exige realizar actos contrarios a las exigencias de la moral que pongan en peligro la condición humana. Aunque la desobediencia civil, está asociada a Gandhi y también a King, la noción de la misma ya fue practicada por Jesús, pues en este episodio, Jesús nos dice, que cuando no es posible obedecer a las instituciones humanas y a Dios, “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. 

   En relación a la estrategia noviolenta de la reconciliación, Jesús practicó la desculpabilización. Jesús va a comer a la casa se Zaqueo, que es odiado por el pueblo, porque es un recaudador de impuestos para Roma y además un ladrón. Lo mismo hace Jesús con la mujer samaritana. Con estas iniciativas, Jesús rompe el sistema de culpabilidad que impone la ley. Con la estrategia desculpabilizadora, Jesús da una oportunidad a la reconciliación. Toda acción noviolenta debe posibilitar las condiciones para la reconciliación entre los antagonistas del conflicto, cosa que nunca podrá producir una acción violenta o culpabilizante, donde primero se le dice al otro que rectifique, que se arrepienta y después, puede que se le perdone, Jesús hace todo lo contrario. Lo mismo hizo King, en Birmingham su estrategia desculpabilizante fue en varios aspectos, primero los negros perdieron el miedo que tenían a los blancos, sin manifestar odio, ni rencor hacia los policías que los encarcelaban. Frente a la violencia que sufrían por parte de las fuerzas del orden, en sus labios no tenían más que cánticos que hablaban de fraternidad y libertad. Los negros actuaban sin espíritu de venganza; no exigían a los policías el pago de ninguna deuda. Así mismo tanto Gandhi como Mandela, practicaron la estrategia desculpabilizadora, favoreciendo la reconciliación y la superación del conflicto, de manera moralmente aceptable.


En el SERMÓN DE LA MONTAÑA

    Como decíamos al principio, ahimsa es totalmente contraria a la PASIVIDAD y a la RESIGNACIÓN, busca la resolución EFICAZ DE LOS CONFLICTOS, de manera MORALMENTE ACEPTABLE y con medios JUSTOS y todo para la felicidad y el bienestar de la humanidad en su conjunto. A través de las Bienaventuranzas, Jesús proclama una vida dichosa para este mundo y no solo para el más allá, y la proclama para personas que no tienen conciencia de ser “dichosas”. Jesús no admite que se pueda ser discípulo suyo sin ser dichoso en este mundo, pero ser dichoso no es vivir en conformidad con las leyes de este mundo, por eso Jesús habla en las bienaventuranzas contra la miseria y la riqueza, pero no contra la pobreza. Jesús llama dichosos a los pobres, no a los miserables. Los pobres tienen la característica de que no oprimen a nadie, los miserables son los que están siendo oprimidos por los ricos, a los que Jesús invita a que cambien de actitud, diciéndoles que no se puede servir a Dios y al dinero, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón; así lo hizo Zaqueo. Los que optan por la pobreza, son los únicos que comprenden que la vida dichosa deriva de poner en común los bienes. Para Jesús compartir los bienes es una cuestión de justicia, esta no consiste en dar, sino en restituir a los miserables, a los explotados, a los necesitados lo que necesitan para una vida digna. Cuando un rico da algo, da lo que le sobra, y a esto se le suele llamar caridad o solidaridad. Siendo, que la caridad o solidaridad consiste no en dar lo que a uno le sobra, sino dar lo que te resultaría necesario y evitar lo superfluo, la verdadera solidaridad exige justicia y va más allá de dar lo que nos sobra después de hartos. En esta misma línea se refiere Gandhi, cuando dice: El rico tiene una acumulación superflua de cosas que no necesita, mientras millones de personas mueren de hambre por necesidad de alimentos. Si cada uno de nosotros poseyera solamente aquello que le hace falta, nadie experimentaría necesidad y viviríamos todos mucho mejor. Los ricos deberían de tomar la iniciativa de la desposesión, (eso mismo hizo zaqueo). Solo con que mantuviéramos las posesiones en unos límites moderados nadie pasaría hambre. Por tanto me permito insinuar que en cierto modo todos somos ladrones, si nos apoderamos de algo que no necesitamos de manera inmediata y lo guardamos, estamos robando a alguien que lo necesita.


     De igual manera si miramos cada una de las bienaventuranzas podemos encontrar en ellas el espíritu y la practica de ahimsa. En relación a la bienaventuranza donde Jesús llama bienaventurados a los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Martin Luther King dice: “Si la historia tiene algo que enseñarnos es que el mal es por naturaleza cruel y recalcitrante y que nunca suelta voluntariamente la presa sin ofrecer previamente una resistencia casi fanática… Sería engañoso suponer que solo el recurso a la ética y a la persuasión conseguirá hacer que reine la justicia. No es que sea inútil apelar a la moral, pero al mismo  tiempo hay que apoyarse sobre una fuerza de coacción real”.  No hay paz sin justicia, por lo que esta bienaventuranza es contraria a los que se conforman con vivir en paz consigo mismos. Las técnicas del ahimsa lo ponen de manifiesto “una fuerza de coacción real”  que al contrario de las técnicas violentas, son compatibles con el amor. Dice King, “amar verdaderamente al opresor es luchar contra lo que hace, para que deje de ser un opresor”.

     Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos porque vuestra recompensa será grande… Esta bienaventuranza nos invita a ir contra la corriente que domina el mundo, en la que reinan los poderes del dinero, de las armas, con hipocresía y crueldad. En esta línea se expresa XIX siglos después Gandhi, cuando afirma que en la lucha noviolenta se pasa por diversas fases, al principio sólo se encuentra indiferencia, luego vienen las injurias y la represión, continúa Gandhi diciendo: Nosotros conocimos la indiferencia durante varios meses… Luego, los gobernadores de las provincias y la prensa hostil a la no cooperación hicieron todo lo posible por cubrir de injurias nuestro movimiento. De momento estamos en la represión…  Todo movimiento que sobrevive a la represión, moderada o cruel, impone invariablemente respeto, lo cual es sinónimo de éxito. Si somos fieles, podemos considerar esta represión como el signo precursor de la victoria. De igual manera seguimos encontrando en Gandhi verdades y actuaciones que diecinueve siglos antes dijo Jesús de Nazaret, por lo que podemos concluir que el profeta de Galilea y el libertador de la India predicaron y practicaron en la sociedad de su tiempo la estrategia de la noviolenica, por lo que como decíamos al principio vemos que el evangelio se encuentra inundado del ahimsa, que definió Gandhi.


     Después de las bienaventuranzas Jesús habla contra la ley del talión, la que legitima el espíritu de venganza. Al pedir a los hombres que renuncien al espíritu de venganza, Jesús arranca la violencia de raíz.  Jesús aquí habla contra el odio al enemigo, pero sólo se puede amar a los enemigos cuando se tienen y esto sucede cuando no se pretende complacer a todo el mundo, y además hace un advertencia, ¡Ay de vosotros cuando todos hablen bien, porque de ese modo trataron a los falsos profetas”. Sólo podemos desear la reconciliación de los hombres si, en realidad, tenemos ganas de luchar contra la violencia. Y, para ello, hay que comenzar por renunciar a entrar en su engranaje. Como dice J.M. Muller, “la violencia se percibe siempre como una legítima represalia. Por tanto, es al derecho de represalia a lo que hay que renunciar, e incluso a lo que, en muchos casos, pasa por legítima defensa. Puesto que la violencia es mimética, puesto que nadie se siente nunca responsable de su primer brote, solamente una renuncia incondicional puede desembocar en el resultado que se desea.” En este línea Gandhi también dice: Solo alcanzando el estado purificado de la verdad es posible rechazar la violencia y morir sin matar. Este estado, por otra parte, no se adquiere magníficamente ni es consecuencia de un acto común de reflexión, sino que se llega a él luego de un largo y a menudo doloroso aprendizaje.

    Ahimsa no es sinónimo de pacifismo. El noviolento considera que tiene el deber y el derecho de defenderse pero no programando la muerte de sus adversarios, sino organizando desde ahora una defensa civil noviolennta, es decir, una defensa justa y eficaz y, por tanto, moralmente aceptable. En esta línea el profeta de Galilea, nos marcaba el camino invitándonos a actuar, cuando decía: “haced a los hombres, todo cuanto os gustaría que os hicieran a vosotros”. Así mismo decía: “Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas”. El profeta les dice a los suyos que sean ingeniosos y resistentes. Si hoy los cristianos de Occidente ya no tienen que ocultarse por ninguna de sus actividades, hay que preguntarse seriamente sin será porque están totalmente comprometidos con los ídolos paganos del dinero y las armas. Ser cristiano es ser un resistente en este mundo.

     Por último podemos ver en el apresamiento de Jesús, una renuncia total a la violencia, cuando dice a Pedro: “Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñan la espada, a espada perecerán”. La misma actitud encontramos en Gandhi, cuando pone como condición en todas sus actuaciones un renuncia total a la violencia, o en King, cuando dice: “A vuestra capacidad para infligir sufrimiento opondremos la nuestra para soportar el sufrimiento. A vuestra  fuerza física, responderemos con la fuerza de nuestras almas. Haced lo que queráis y continuaremos amándoos. En conciencia no podemos obedecer vuestras leyes injustas, porque la no cooperación con el mal es, igual que la cooperación con el bien, una obligación moral. Arrojad bombas en nuestras casas, aterrorizad a nuestros hijos, y os seguiremos amando. Enviad en plena noche a nuestras comunidades a vuestros bandoleros para que nos apaleen y nos dejen medio muertos, y aún os amaremos. Pero tened la seguridad de que os llevaremos hasta el límite de nuestra capacidad de sufrir. Un día ganaremos la libertad, pero no será solamente para nosotros. Lanzaremos a vuestros corazones y a vuestras conciencias un grito que os superará, y nuestra victoria será una doble victoria”.


    Al negarse a colaborar ni siquiera lo más mínimo con la “espiral de la violencia” apuesta por una resolución de los conflictos, por medios “eficaces y moralmente aceptables, empleando medios justos”, y al entablar numerosos conflictos con sus adversarios, el profeta de Galilea vivió entre los hombres actuando sin violencia para hacer que naciera entre ellos la justicia y la libertad, lejos de la “pasividad y la resignación”,  renunciando a todo espíritu de venganza, llegando él mismo a perdonar a sus verdugos.

     Como es sabido, Gandhi nunca se definió como cristiano. Sin embargo, la vida de Gandhi no deja de recordar a los cristianos, las exigencias éticas de amor y justicia que Jesús pidió a sus discípulos que adoptaran. Por tanto, como fuente de inspiración, el Evangelio propone a los hombres un ideal de vida noviolenta, tal como la definió Gandhi. El concepto de ahimsa definido por Gandhi, es un concepto nuevo, pues somos herederos de unas tradiciones violentas. Desgraciadamente el propio cristianismo aceptó esta herencia que, sin embargo, no es cristiana.

    El Evangelio no es un código moral que nos indique qué debemos hacer en todas las situaciones que nos encontremos. La noviolencia no ofrece soluciones concretas para resolver los conflictos. El Evangelio es una fuente de inspiración para llevar y alcanzar una vida moral digna del hombre. En la ahimsa definida por Gandhi encontramos esa fuente de inspiración que nos proporciona el evangelio. Dado que ahimsa pertenece tanto al orden ético, como moral y político, a esta la encontramos en el pensamiento, tanto de cristianos como de no cristianos.

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BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:



  • ENCICLOPEDIA DE PAZ Y CONFLICTOS. Mario López Marínez. Universidad de Granada. 2004.
  • LA NOVIOLENCIA EN EL EVANGELIO. François Vaillant, Colección Alcance. 
  • EL EVANGELIO DE LA NOVIOLENCIA. Jean-Marie Muller. 
  • TODOS LOS HOMBRES SON HERMANOS. Gandhi. Atenea. 1981 
  • LA FUERZA DE AMAR. M.L.King. Aymá. 1965 
  • MI SOCIALISMO. Gandhi. La Pleyade. 1973.
  • LA NOVIOLENCIA ¿TENTACIÓN O RETO?. Gonzalo Arias. 2007

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