Amigos y amigas, nos encontramos en un momento histórico de mucha confusión y complejidad, que está siendo aprovechado por un “ejercito” (*) de charlatanes, populistas, corruptos y sinvergüenzas, provocando en la gente corriente, incertidumbre, preocupación y lógica desorientación, haciendo realidad la máxima de que a “río revuelto ganancia de pescadores”.
Por un lado, y en plena pandemia, nos encontramos con esos políticos, ineptos, incompetentes e impresentables, que sin escrúpulos de ningún tipo, no vacilan a la hora de aprovechar la pandemia para beneficio de sus intereses políticos y económicos, llevando la confusión y el engaño a la población.
Por otro lado, nos encontramos con los profesionales de la confusión, que del río revuelto intentan sacar su provecho y beneficio.
Como dice Ovídio Bustillo, en su artículo: La adhesión a la verdad en tiempos de bulos: “La utilización de la mentira, el engaño o la argucia no es nada nuevo, aunque tanto las religiones como los códigos de comportamiento los censuren en las relaciones cotidianas a lo largo de la historia y en las distintas culturas.
El engaño, sancionado en la vida civil, se convierte en el ámbito militar en comportamiento heroico, implicando a los propios dioses en sus hazañas. Una muestra elocuente es el mito del caballo de Troya. Todo vale con tal de poder acabar con el enemigo, encarnación de todos los males”.
Frente a este “ejército de oportunistas”, se encuentra una población intoxicada, atontada e individualizada, incapaz de hacer frente a tanta incompetencia, majadería, mentira y bulo. Pensábamos que las redes sociales, nos daban la oportunidad de conseguir unas sociedades más informadas, y con mayor capacidad de participación democrática. Hemos comprobado, desgraciadamente, que son instrumentos especialmente útiles para difundir la mentira, la desinformación, el bulo y la manipulación,
Pensábamos, que el mejor antídoto contra este “ejército de oportunistas”, era una sociedad culta, informada y exigente, pero desgraciadamente, el poder de las redes sociales pone en cuestión esta creencia, pues nadie puede negar que nos encontramos precisamente en esa sociedad. Tenemos la sociedad más culta, más informada y exigente que ha habido jamás, y sin embargo, posiblemente también está siendo la más manipulada y engañada. Debemos de plantearnos, ¿por qué este principio o creencia está fallando?, ¿qué fallo o agujero hay en este principio, por el que entran los manipuladores sociales, y a través de las redes nos manipulan, mienten y nos engañan? Los casos de Trump o Bolsonaro, entre otros muchos, son ejemplos claros de la manipulación y engaño al que esta sometida esta sociedad, culta, informada y exigente.
¿A este principio, qué le falla o qué le falta?, ¿es suficiente el que una sociedad sea, culta, informada y exigente, para que sea capaz de defenderse de este “ejército de oportunistas”. La realidad nos está demostrando que no.
No es suficiente ser CULTO, para saber defenderse de los “impresentables”. No es suficiente tener dos doctorados, cinco Master, y haber escrito un montón de libros, para tener garantizada la defensa ante las agresiones del “ejercito de manipuladores”. ¿Por qué?, porque son tantos los factores que influyen en la compleja sociedad en la que vivimos, que es casi imposible que una persona pueda estar suficientemente informada y formada en todas las áreas del conocimiento a través de las cuales nos llegan mensajes manipuladores. Un ejemplo claro lo encontramos en los negacionistas del COVID-19. Entre estas personas, muchas ellas de buena voluntad, encontramos gente culta, gente bien formada, del mundo de las artes, de la ciencia, profesionales de la sanidad, etc., por lo que ser culto, no es suficiente, no es garantía, de estar protegido para no caer en la manipulación y el engaño. En el caso del COVI-19, observamos que los manipuladores, en su estrategia de manipulación mezclan un conjunto de áreas del conocimiento, con otras del esoterismo, dándole veracidad a hipótesis y a supersticiones, poniendo en boca de científicos argumentos que no han sido expresados por estos, o tergiversando declaraciones y opiniones de personas relacionadas con la sanidad, etc, etc. Hacen un totum revolutum, que a cualquier persona medianamente resuelta y formada, le llevaría semanas poder comprobar y verificar las informaciones ofrecidas por los expertos en manipulación, que a su vez presentan como verdades absolutas.
No es suficiente TENER INFORMACIÓN, para defenderse de los profesionales de la mentira, el engaño y la manipulación. Vivimos en la sociedad de la información y de la comunicación. Nunca hemos estado tan informados y con tantas posibilidades de comunicarnos, sin embargo, esto tampoco es garantía ante las agresiones que sufrimos diariamente por parte de charlatanes y manipuladores de la información. Es tanta la información que nos llega al cabo del día, que difícilmente podemos digerirla, analizarla y comprobar su veracidad. Esto lo saben los profesionales que elaboran estrategias, para conducirnos hacia sus intereses o hacia los intereses de quienes los contratan. Los casos más claros y recientes los encontramos en las campañas electorales de los personajes antes citados.
Tampoco es garantía las EXIGENCIAS de veracidad y la capacidad de protesta de la población. Ser exigente no es garantía de nada, pues si no hemos sido capaces de escapar de las garras de los manipuladores con los dos antídotos anteriores, ser exigente no nos va a ayudar, si no todo lo contrario, nos podrá meter más a fondo dentro del engaño y la mentira de la que no hemos sido capaces de escapar. Un ejemplo claro lo tenemos, en muchas de esas personas que se manifestaron y se manifiestan en todo el mundo convocados por los negacionistas, charlatanes y manipuladores del COVID-19.
Por tanto, qué falta para que estos tres antídotos, en estos momentos sean eficaces, y nos ayuden a la inmunidad frente a los “ejércitos de manipuladores”.
Bajo mi humilde opinión, a estos tres antídotos o vacunas, para que puedan generar los anticuerpos necesarios para defendernos de las agresiones del “ejército de manipuladores”, les falta dos componentes básicos, que hemos olvidado gracias a que el “ejército de manipuladores”, primero nos han hecho creer, que somos la sociedad más CULTA, FORMADA, INFORMADA y EXIGENTE que ha habido jamás, algo que es obvio, por tanto, como consecuencia de esto, nos hemos creído que somos individualmente autosuficientes, nos hemos creído que ya no necesitamos de la interacción directa con los demás, se ha incrementado de manera exponencial en cada uno/a de nosotros/as el egocentrismo autosuficiente, y si necesitamos algo, ya están las redes que nos lo van aportar. La lógica que desarrolla en cada uno/a de nosotros/as, este egocentrismo autosuficiente es la de creer que ya no necesitamos de la reflexión con los demás, del debate sano, y del intercambio de ideas, pensamientos y formas de acción. Somos los mejores formados y nos hemos creído que también somos los mejores informados, a través de las redes sociales, obtenemos toda la información que creemos necesitar, por tanto, hemos sustituido la interacción con el otro/a, por la información que nos aportan las redes sociales y nos hemos individualizado, convirtiéndonos en pequeñas partículas sin la necesidad de contacto y cohesión con otras partículas como nosotros, exponiéndonos de esta manera, a que cualquier “escoba” nos pueda mover en la dirección, que el que la maneja, le interesa en ese momento.
Un segundo componente que falta para que los tres antídotos antes señalados sean eficaces, es el de la Verdad. Hemos renunciado a la Verdad, cuando hemos creído que cada uno/a, gracias a la formación que tenemos y a la información que recibimos de las redes sociales y de los medios de comunicación, nos encontramos en condiciones de estar en posesión de la verdad y nos hemos olvidado de que la Verdad, con mayúsculas, está en todos y cada uno de nosotros/as, pero que sin todos/as y cada uno/a de nosotros/as, la Verdad no existe. Por lo que al aceptar que nos encontramos en posesión de la verdad, estamos asumiendo y aceptado la vida en la mentira y el engaño, como la única posible.
A modo de resumen, nos encontramos en la sociedad más CULTA, mejor FORMADA e INFORMADA y EXIGENTE, de las que nos ha precedido, pero a su vez, ATOMIZADA e INDIVIDUALIZADA, en la que cada uno/a de sus individuos se siente en POSESIÓN DE LA VERDAD.
Por tanto, ¿cómo debería de responder esta sociedad CULTA, FORMADA e INFORMADA y EXIGENTE, ante las agresiones de los “ejércitos de manipulación”?
Primero, entendiendo que la “manipulación, la mentira, el engaño”, es una forma más de violencia, que en principio no destruye físicamente, pero sí que destruye ética y moralmente, anula la voluntad de quienes la siguen y los hace sus esclavos. Si crees en la Libertad, si crees en la Democracia, la mentira y al engaño son incompatibles, por tanto, será a lo primero a lo que nos debemos de enfrentar, pero debemos de entender, que esto no será posible, mientras permanezcamos atomizados y no seamos capaces de renunciar a “nuestra verdad”, para encontrar la VERDAD en cada una de las verdades de los demás.
En segundo lugar, haciendo de la JUSTICIA nuestra bandera. El “ejército de manipuladores”, cuando despliega a sus vasallos, expandiendo la mentira, el engaño, el odio y el enfrentamiento, siempre lo hacen buscando beneficios propios, ventajas sobre los demás, en definitiva buscan alcanzar unos privilegios a costa de los derechos de los demás. Si hacemos de la Justicia nuestra bandera, nos dará igual los mensajes que nos lleguen de los manipuladores, pues la mentira, el engaño, el odio y el enfrentamiento, son incompatibles con la Justicia y con la Verdad. Pero para que seamos capaces de movernos entre estos parámetros, Justicia y Verdad, tendremos que renunciar previamente a algo que desgraciadamente tenemos muy asumido, como es “que el fin justifica los medios”, y la sustituyamos por esta otra, “el fin debe de estar en los medios como el árbol en la semilla”.
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NOTA: He utilizado el término “ejército”, porque el fin de los manipuladores, mentirosos y aprovechados, es el mismo que el de los ejércitos, la destrucción del otro para beneficio de quien ostenta el poder, admitiendo que existe diferencia, en que mientras el ejército te destruye físicamente, los manipuladores, aprovechados y sinvergüenzas, te destruyen ética y moralmente.
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