¿Se equivocará una vez más la Izquierda?
Nos encontramos en pleno debate sobre los deberes escolares y oímos a la derecha (PP), decir que es bueno favorecer el esfuerzo y el trabajo, y que los deberes deben de dejarse en manos de los profesionales de la educación. Por otro lado, oímos al PSOE y a otros grupos, hacer bandera del rechazo a los deberes en casa. También algunas asociaciones de padres y madres han hecho campaña por el no a los deberes en casa, piensan que el tiempo que sus hijos dedican a los deberes deberían de dedicarlo al juego y para estar en compañía de sus padres. O sea, que todos opinan sobre los deberes sin tener en cuenta lo que pensamos los maestros y maestras, que mandamos deberes para casa. Yo me pregunto ¿por qué este rechazo a los deberes en casa?, ¿nos será que este rechazo a los deberes, sólo está ocultando otros problemas más complejos y a los que no nos atrevemos ni estamos dispuestos a enfrentarnos?
Es mucho más fácil hablar y enfrentarse a algo de lo que no se tiene un conocimiento directo, y que solo se conoce por los efectos que produce, que averiguar por qué la mayoría de los maestros/as entendemos que es necesario el trabajo en casa después del colegio.
Pongamos un ejemplo: una asignatura de 5º de primaria, con tres sesiones semanales de 45 minutos cada sesión, en un aula de 23 alumnos/as. Toca la sirena, llega el maestro/a que imparte esta asignatura, intenta que los alumnos/as le presten atención, saquen los cuadernos, los libros y todos atiendan, contando de que a ninguno le falte el lápiz, que a nadie se le haya perdido algo, que nadie le quita nada al compañero, etc, etc., después de todos los prolegómenos se consigue empezar, han pasado como mínimo 10 minutos. O sea, de los 45 minutos ya sólo te quedan 35 minutos. Ahora explica el tema en el que estás trabajando, como mínimo para explicar, aclarar dudas, hacer que lean y que escriban algo, se van entre 20 y 25 minutos, ¿qué menos?. Te quedan 10 minutos, para pasar lista, hacer preguntas para asegurarte que han comprendido lo que has explicado, repasar las agendas, comprobar que los padres han leídos las informaciones que le has mandado, etc., siempre está ese niño o niña que es menos espabilado, que se queda atrás, que se distrae con el vuelo de un mosca, y que necesita un poco más de atención, y en plena faena, toca de nuevo la sirena. Hasta el próximo día. Llega el próximo día, y tú intentas seguir con el tema empezado en la clase anterior. Como no han repasado en casa, ni han vuelto a pensar en este tema, al día siguiente ya nadie se acuerda de nada de lo explicado ni de lo trabajado el día anterior, ¿qué debe hacer el maestro, seguir con el tema o repasar de nuevo lo del día anterior. Si repasas, te queda mucho menos tiempo para continuar con los contenidos y si no repasas se seguirán acumulando los conceptos no aprendidos. ¿Qué hacer?.
Los padres argumentan que no tienen tiempo para estar con sus hijos, y que después de colegio el poco tiempo que tienen para estar con ellos lo tienen que dedicar a las tareas escolares.
Volvamos al grupo de 5º de primaria. Este grupo termina sus clases a las 2 de la tarde. Dejemos 3 horas para comer y descansar. ¿Es mucho pedir que dediquen dos horas más a las tareas escolares, o sea de 5 a 7 de la tarde?. Cuando los padres llegan del trabajo, todavía tiene un par de horas para estar con sus hijos y durante los fines de semana los alumnos cuentan con mucho más tiempo para hacer las tareas escolares, por lo que entiendo que no hay ningún argumento sólido para estar en contra de los deberes en fin de semana.
Pienso que el problema no está en los deberes. El problema se encuentra en que el sistema y la sociedad no tiene prevista la conciliación familiar. La conciliación familiar no es montar, como hizo la Junta de Andalucía, con el apoyo de los sindicatos, lo que llaman “aula matinal” para que los niños permanezcan en la escuela desde las 7,30 de la mañana hasta las 6 de la tarde, así los padres podrán trabajar 10 horas diarias, a esto se le llama esclavitud familiar.
La izquierda vendió el “aula matinal”, como una acción progresista, yo pienso que más que progresista, es retrógrada. Porque no puede ser progresista algo que ayuda a la esclavitud de los trabajadores, que desestructura a las familias. Si realmente querían hacer algo progresista, tenían que haber favorecido la atención familiar de esos niños en edad escolar, mediante flexibilidad laboral, favoreciendo el trabajo externo de uno de los padres mientras el otro atiende a los hijos, etc. El aula matinal es un parche a una normativa laboral, pensada solo para el beneficio de las empresas y de los capitales y no en beneficio de las familias y los trabajadores.
Con los deberes escolares pasa un tanto de lo mismo. El problema no se encuentra en los deberes. El problema está en que los padres tienen muy poco tiempo para estar con sus hijos, pero la culpa no la tienen los deberes, la tiene la reforma laboral que hace que tengan que trabajar los dos miembros de la familia, uno para pagar la hipoteca y el otro para el sustento. El problema está, como en el caso del aula matinal, en que el sistema no piensa en la conciliación familiar, sino que el Gobierno así como las leyes están en función de las necesidades de la rentabilidad empresarial. El Gobierno cuando legisla no piensa en el bienestar de las personas, sino en la rentabilidad de las empresas del IBEX 35. Los deberes escolares hoy son más necesarios que nunca, y principalmente para los hijos de los trabajadores y familias menos pudientes, ya que a la falta de tiempo de los padres para estar con sus hijos, hay que añadir la gran cantidad de atractivos externos a la escuela que tienen los alumnos, y que los distraen de una de sus principales tareas que es la de formarse. Con la prohibición de los deberes en casa, junto con otras medidas, leyes y actuaciones retrógradas de la administración pública, tanto del PSOE como del PP, está introduciendo en el sistema educativo, nos vamos a encontrar con un gran retroceso en la formación de los hijos de las familias con menos recursos. El no tener deberes no va a solucionar nada, ya que la acción de estudiar, repasar y fijar conceptos, lo tiene que hacer cada alumno de manera particular y esto también supone dedicar un tiempo en casa, por tanto, a la primera prohibición de los deberes no tardará en secundarle la de prohibir el estudio en casa.
Los hijos de algunos políticos y de las clases adineradas y medias, que tiene a sus hijos en los colegios privados o concertados, no van a tener problemas, porque sus padres tienen horarios más flexibles y además pueden pagarse profesores particulares o academias. Al final los que acabarán pagando las consecuencias de este tipo de parches, producto de unos políticos irreflexivos y faltos de principios éticos y políticos, serán los mismos, los hijos de las familias más humildes victimas de esa “canalla” reforma laboral
Espero que la izquierda no caiga de nuevo en el error, ignorando una vez más a los trabajadores de la enseñanza, presentando la lucha contra los deberes en casa, como algo progresista. Señores, tengan valor y vayan a la raíz del problema.